Cansados de ver, oír y leer la palabra “despoblación” en las redes y en los medios, la gente en los pueblos comienza a exigir que se escriban menos libros y artículos, se graben menos documentales y la gente comience a volver al campo. ¡Menos palabras, más hechos! Existe una sensación cada día mayor de que se teoriza desde las urbes sobre lo que es y lo que sería deseable para la vida rural … y eso, sólo habiendo pisado el campo y conversado con sus gentes de forma esporádica.
Repoblar, revitalizar, volver, marcharse, venirse, emprender, … en el pueblo, en la sierra, en el campo, en el mundo rural. Esa es la cuestión (tratada en este artículo). Después de pasar cinco semanas en la Sierra de Albarracín y haber conocido historias personales de este tipo, me parece un ejercicio de reflexión muy interesante describir qué preguntas me plantearía yo mismo para comenzar una vida en este territorio. Así que vamos a ello:
Creo que es fundamental para entender el perfil del repoblador el conocer su motivación para venirse a un pueblo.
¿Se trata de una motivación económica? En el contexto de la crísis, muchas personas han visto en el mundo rural, la posibilidad de un puesto de trabajo y unos costes de vida inaccesibles en las ciudades. Como muestra la experiencia del proyecto portugués “Novos Povoadores”, una vez las grandes urbes lusas superaron la crisis económica, la demanda de asesoría para asentar repobladores disminuyó considerablemente y muchos repobladores incluso volvieron a las ciudades (para profundizar leer la revista Presura, pág. 30). Por otra parte, puede haber segmentos de población, incluso extranjera, que se venga al campo por un coste de vida menor que le permita vivir una jubilación menos costosa.
¿Se trata de cambiar de estilo de vida? Alejarse de la masificación, la contaminación, los altos costes de vida, la inseguridad o el consumismo en muchos núcleos urbanos donde se concentra la población española, está en el foco de muchos repobladores y – con toda seguridad – en la mente de muchos urbanitas desilusionados. Aquí el peligro reside en idealizar lo rural por sus muchas características positivas, relativizando el alto grado de exigencia que conlleva integrarse en un pueblo, con sus distintas estaciones y distintos caracteres. Es un reto perfectamente alcanzable, pero requiere de persistencia e inteligencia emocional.
¿Se trata de transitar hacia una nueva “fase de vida”? Muchas iniciativas de repoblación ponen el foco en radicar familias con hijos en edad escolar para “salvar la escuela”, para “traer futuro al pueblo”. Los pueblos ofrecen una niñez muy atractiva y estoy convencido de que el contacto con los animales y la naturaleza, con labores del campo de todo tipo y gracias a los vínculos con habitantes que “no son anónimos” forma a personitas mucho más independientes y responsables que en lo urbano. Por otra parte, es posible que sea estratégicamente más inteligente atraer a parejas jóvenes sin niños, que una vez afianzados en el territorio puedan tomar la decisión de tener descendencia. Una adaptación “por pasos” puede ser más efectiva que pretender que una familia afronte el malabarismo de colegio, instituto, actividades, trabajo, administraciones, inviernos, alegrías, cabreos, decepciones e ilusiones al mismo tiempo. ¿Y por qué no? Si viene alguien soltero/a, viudo/a … abracémosles igualmente.
Una vez clara mi motivación … ¿Qué necesito? Pues, un pueblo. Si tengo vínculos (positivos) con un territorio concreto, quizá esto facilite la elección. Pero, ¿cuál es la plataforma (web y ciudadana) que me orienta a la hora de comprobar la oferta y las posibilidades? Invito a hacer en “San Google” una búsqueda correspondiente, así como a admirar los resultados (risa irónica). Al final del artículo os dejo algunos enlaces valiosos al respecto. Por supuesto, necesito un sitio dónde vivir, un alojamiento. La vivienda en alquiler suele ser escasa y no precisamente de la calidad que el urbanita medio conoce y considera atractiva. Dependiendo del número de personas en la unidad familiar puede complicarse más todavía este aspecto. La compra de vivienda es algo más fácil. Pero, ¿y si no lo tengo clarísimo y pretendo primero experimentar? El valor de reventa del inmueble dentro de unos años puede ser menor.
También es fundamental una ocupación que puede ser local, regional o remota/a distancia. Cada vez más se asentarán repobladores que se “traen su trabajo de la ciudad”. Un estilo de vida “multilocal”: unos meses fuera, la mayoría del tiempo aquí, esporádicamente aquí y allá por trabajo. Y es aquí dónde es relevante un nivel de servicios adecuados y atractivos. Conexión a internet móvil y fija de banda ancha y rápida, sanidad y educación dignas, transporte, cultura, etc. Bueno, la lista es bien conocida y no me voy a explayar aquí. Su prestación real sigue siendo una reivindicación rural que ha de cumplirse cuanto antes, aunque visto el nivel de apoyo institucional a todos los niveles tenemos que comenzar a implementar medidas artesanales propias desde ya. En todo caso, para los repobladores que no tienen un vínculo especial con un territorio, será cuestión de analizar las ventajas comparativas entre una zona rural y otra. Y esto es así queridos pueblos … ¡hay que ponerse las pilas cuanto antes!
Por último, considero que una red de apoyo y orientación en el destino es importantísima para que la repoblación funcione. Necesitamos apoyo para lidiar con las administraciones y la burocracia que ahogan nuestra sociedad. Incluso es necesario que en los pueblos se instale una verdadera cultura de aceptación y facilitación de lo(s) nuevo(s). En fin, todos buscamos grupos de personas en los que reconocernos y ser reconocidos, una comunidad a la que poder aportar y en la que ser aceptados. Puede que los repobladores prefieran ir a lugares con una imagen de apertura e integradora. Por último, si nos ponemos a pensar en repoblar con verdaderas garantías, también es necesario un programa de apoyo financiero para el que se atreva a venir. Incentivos y apoyo directo, ¿porqué no?
En fin, emulando una cita relacionada con erradicar el hambre en el mundo:
“La especie humana tiene hoy la capacidad de repoblar el mundo rural y promover su desarrollo sostenible. Ahora … sólo hace falta que esto le importe”.
Bueno, esas han sido algunas reflexiones con respecto a la repoblación y al neoruralismo. Se pueden ampliar en infinidad de ámbitos y representan un pequeño trocito de estas realidades. Como prometía hace unas líneas os dejo con algunas webs de proyectos, iniciativas y empresas que contribuyen a profesionalizar los procesos de repoblación y vuelta a los pueblos:
- La Asociación Española Contra la Despoblación – Organiza el 5,6 y 7 de octubre de 2018 la Jornada Nacional contra la Despoblación “I Albada Rural: la voz de los pueblos“
- La Fundación Abraza la Tierra es un proyecto de cooperación de los Grupos de Acción Local LEADER de Aragón, Cantabria, Castilla La Mancha, Andalucía y Castilla León para acoger a nuevos vecinos y emprendedores. En el participa el GAL ASIADER, con el que colaboro en mi estancia de investigación en la Sierra de Albarracín.
- La plataforma web de HolaPueblo pretende convertirse (¿A finales de año?) en una referencia de información y asesoría de nuevos pobladores rurales para todo el territorio nacional y está promovida por la consultora onubense almanatura.
- La iniciativa empresarial “DEJATELLEGAR” de un joven serrano, Elio Martínez (Guadalaviar), quiere conectar profesionales que desean vivir en el mundo rural con empresas que ofertan empleos “Home Office” además de orientar al repoblador para garantizar su integración.
Entonces, ¿qué, nos vamos a vivir a un pueblo? ¡Hasta el próximo post!
Me gusuaria vivir en una ciudad despoblada donde me puedan ofrecer posibilidad de empleo y vivienda para mi y mis hijos
Hola Dulce! No estoy nada seguro, pero creo que lo que estás buscando lo puedes encontrar aquí –> http://www.abrazalatierra.com o aquí –> http://contraladespoblacion.com/ Ponte en contacto con ellos.