El porqué y el cómo las comunidades rurales encauzan positivamente y toman control de su desarrollo son preguntas que ocupan por igual a los técnicos y gerentes, a la sociedad académica y a los habitantes comprometidos con los pueblos. En mi último post anuncié mi intención de escribir sobre una organización particular del desarrollo local: los llamados “Community Development Trusts”. La palabra Trust traducida directamente al español aporta un significado sólo parcialmente adecuado: “sociedad fiduciaria o fundación”. Por ello me quedaría con la segunda opción, la de fundación, que ofrece una mayor equivalencia en el contexto hispanohablante.
En vista de las dificultades organizativas y financieras de las administraciones locales, así como del repliegue generalizado del estado a nivel municipal, cada vez juegan un papel más importante las organizaciones de la sociedad civil que asumen tareas comunitarias (ej.: prestación de servicios básicos) y fomentan proyectos de desarrollo para las comunidades locales. Durante mi carrera profesional me he encontrado con diversos ejemplos de este tipo de organizaciones: asociaciones vecinales de gran arraigo, fundaciones enfocadas al interés general o partenariados constituidos por la administración pública, empresas y sociedad civil como lo son los grupos de acción local (GAL) establecidos por el programa europeo de desarrollo rural LEADER.
Por medio de una serie de dos posts quisiera explicaros un poco cómo funciona y qué es lo que hace exactamente la organización con la que trabajo en la fase práctica de mi proyecto de doctorado. Para ello os daré en este primer post algunas ideas generales sobre este tipo de organización existente en el contexto anglosajón. En un segundo post le echaremos un vistazo tanto a la historia del “Glendale Gateway Trust” en Wooler, como a las actividades que actualmente realiza en el valle de Glendale. Debido a la existencia únicamente en el contexto anglosajón de los trusts, creo especialmente interesante darle difusión al concepto entre las y los lectora/es hispano y alemanoparlantes de este blog.
Empecemos por tanto con algo de historia. Según la antigua Asociación Británica de Community Development Trusts (antes DTA – hoy Locality) existían hace unos años en torno a 500 organizaciones de este tipo en el Reino Unido. Sus orígenes históricos se encontrarían hace aproximadamente 140 años en el movimiento para la reforma social llamado „Settlement Movement“, el cual puso los cimientos del trabajo comunitario en respuesta a la pobreza creada por la industrialización. Durante el siglo XX este movimiento contribuyó de forma decisiva a fijar los principios del estado social: educación y sanidad universal, habilitación de viviendas dignas y un sistema judicial para las clases populares (Locality, 2018).
Los “Development Trusts” como los conocemos hoy, son un fenómeno relativamente nuevo que se ha expandido con rapidez bajo circunstancias cambiantes en los últimos 40 años. A diferencia de las organizaciones clásicas de voluntariado, estos han puesto el énfasis en actividades de fomento de la economía local y la construcción y gestión de centros comunitarios y vivienda social. Los trusts pioneros fueron fundados por activistas del Reino Unido durante los años 70, los cuales querían ir más allá de las campañas reivindicativas y recuperar inmuebles y otros activos para las sus comunidades. Gracias al incremento de su profesionalización por medio de personal contratado y la reducción del voluntariado estas organizaciones pudieron reafirmarse en su contexto local y regional.
A finales de los años 1980 y comienzos de los 1990 los trusts fueron apoyados económicamente por los sucesivos gobiernos en el poder, al mismo tiempo que se promovían trusts de nueva creación. Ya a finales de los años 90 estos formaban parte importante del partenariado necesario para la implementación de los programas de renovación urbana y rural (partnerships.org, 2018).
Citando la introducción de la antigua „Development Trusts Association“ veremos que:
“Debido a que responden a las necesidades locales, dos development trusts no pueden ser idénticos. Ya que estos reconocen que la regeneración de una comunidad requiere un enfoque integrado e integral, los mismos están involucrados en una amplia gama de actividades”.
Pero, ¿qué significa esto en concreto? Un development trust funciona en realidad como una empresa. Las ponen a funcionar la población local y sus formas de organización (asociaciones, consejos municipales, etc.) y estan orientadas al bien común facilitando el desarrollo sostenible en su radio de acción. Su forma jurídica es habitualmente una “sociedad limitada por garantías” con administradores en vez de accionistas reinviertiendo los beneficios en vez de repartirlos entre los mismos. Obteniendo el estatuto de utilidad pública, los trusts corroboran su integridad además de disfrutar de exenciones fiscales de importancia (partnerships.org, 2018).
Al ser organizaciones independientes y de interés público están obligadas a consultar y a rendir cuentas a la población local y sus comunidades de intereses. Además, son parte del movimiento de empresas sociales, lo que significa que desde su arraigo local y el trabajo conjunto con los sectores voluntario, público y privado realizan negocios, fomentan la economía local y prestan servicios de todo tipo (DTA Wales, 2018).
Sus objetivos los alcanzan por medio de los beneficios obtenidos por la prestación de servicios y la gestión y el desarrollo comunitario de por ejemplo: bienes inmuebles, terrenos, propiedade u otras instalaciones.
Los beneficios por tanto, no son privatizados sino reinvertidos en proyectos sostenibles que reviertan a largo plazo y de forma positiva en la comunidad.
Una importancia no menor reviste el equipo de empleados del trust que realiza las tareas operativas diarias. Estos son el brazo implementador de la organización y coordinan los grupos de trabajo y las estructuras de toma de decisiones (formadas por Trustees, similar a miembros del consejo de adminsitración), recaudan fondos, desarrollan proyectos e interactúan con un amplio espectro de agentes locales y redes regionales. Por ejemplo con otras iniciativas de desarrollo, asociaciones y grupos, la administración local, las pequeñas y medianas empresas, instituciones académicas y de investigación, etc.
Desde mi punto de vista, estas organizaciones – en realidad, pequeñas agencias de desarrollo – contribuyen decisivamente de dos formas distintas al desarrollo de pueblos, vecindarios o cualquier otras formas de comunidad local. Gracias a la combinación de su cercanía a las necesidades de la comunidad y su constitución como empresas, pueden mejorar la calidad de vida y las perspectivas de desarrollo de las comunidades con gran precisión. Ésto lo hacen por medio de medidas y proyectos dinamizadores que prestan atención a la viabilidad económica a largo plazo. Es así como por un lado consiguen resultados concretos y positivos para las comunidades en su radio de acción.
Por otro lado, es la forma de trabajar de estas pequeñas agencias de desarrollo un valor en sí mismo. Los community development trusts pueden contribuir decisivamente a la profundización de la gobernanza local y regional.
Esto ocurre gracias a su forma de trabajo en red, su anclaje en los movimientos locales de base y su forma de actuar emprendedora que le permite posicionarse de forma privilegiada para empoderar a la comunidad y liberar el potencial existente en la misma.
Llegado a este punto, podría seguir delineando algunos de los conflictos, riesgos y desafíos que esperan a los trusts en su camino hacia la consolidación como plataformas legítimas para el desarrollo local y regional. Pero no quiero sobrecargar vuestra capacidad de atención! Creo que he podido dar algunas pinceladas, de cómo un community development trust puede contribuir decisivamente a que las comunidades rurales retomen las riendas de su propio desarrollo. Continuaré profundizando en su capacidad de acción en un segundo post de esta serie utilizando el ejemplo de mi organización asociada: el “Glendale Gateway Trust“.
Si tenéis preguntas o comentarios, estaré encantado de responder en el mismo blog o en las redes sociales. Esta semana que entra, estaré en Edimburgo participando en la Conferencia de Desarrollo Rural de la OECD, sobre la cual informaré con toda seguridad en el blog. Hasta entonces!
Es interesante como modelo organizativo, puesto que con la colaboracion entre todas las partes las ideas con los apoyos necesarios tienen que salir adelante.
El hecho es que cuando nos encontramos que es “la politica de politicos” la que irrumpe en escena y toma el mando sobre las direccion la que termina con esta logica forma de actuar.
El clientelismo, los amigos, favores o intereses acaban con modelos donde la sociedad civil, el asociacionismo junto con la empresa privada y el ámbito académico deberían ser los principales ejes impulsores. La gestion politica reside en el apoyo hacia ideas establecidas y englobarlas con otras similares para extender el radio de accion. Y esto es dificil de ver, al menos en España.
Ahora mismo estoy en la conferencia OCDE Rural en Edinburgh y hablando con representantes Espanoles de la capacidad asociativa del país. Existen iniciativas y es un proceso de aprendizaje. Quizá más gente del mundo civil, deberían meterse en política. Por muy difícil y desagradable que sea, a veces! 🙂